
Mientras las asociaciones de la ultraderecha se preocupan de zancadillear al proceso de Recuperación de la Memoria Histórica, la ley sigue su curso y empieza a dar resultados, aunque muy lentos.
En la provincia de Zamora, donde más de 3000 personas fueron asesinadas (sin ser zona de guerra), se va a levantar una fosa común en el cementerio de Santa Marta de Tera, y todo bajo orden judicial, la primera que se dicta en España tras el auto del juez Garzón.
El ejemplo claro sería el llevado en Chile, donde la busqueda de la verdad y la justicia se imponen a las pretensiones por parte de los verdugos y sus sucesores de callar a los jueces. Cuanto tenemos que aprender de este país.
Todos recordamos el circo que se montó cuando se detuvo a Pinochet en Inglaterra por orden de un juez español, pero entre la Thatcher y Aznar le facilitaron su huida. Ese juez que ayudó a Chile a encriminar a este genocida era Garzón.
En España, el intento por parte de Garzón de desbloquear el tema de exhumación de fosas e investigaación de delitos de genocidio o niños robados, lo está pagando caro.
Mientras en Chile la justicia avanza, y han sido detenidos los asesinos de Victor Jara. Un hombre que simplemente amaba la libertad y apoyaba un gobierno socialista elegido democráticamente (exactamente igual que todos los asesinados en la Guerra Civil española).
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