Esta noche se ha votado la esperada reforma sanitaria en los EEUU, Obama se jugaba todo su prestigio internacional y nacional. Es la hora de la gran política, la que se ocupa de derrumbar las injusticias históricas existentes en el mundo, situaciones de sinrazón que mantienen aquellos que tras el poder se enriquecen a costa del esfuerzo, y en este caso la vida, del resto de ciudadanos. Y en esta pequeña batalla la política, la buena política, ha vencido.
Gracias a esta reforma, aunque nace descafeinada por culpa de las presiones de siempre, se disminuirán los focos de pobreza, miseria e injusticia existentes en el país más poderoso del mundo. Un país que ha sido incapaz de solucionar la cobertura universal sanitaria, algo que para los españoles nos supone algo cotidiano.
En España tenemos la suerte de vivir en un territorio que garantiza la cobertura sanitaria universal a toda la ciudadanía, sin depender en nada del nivel de renta. Esto lo entendemos como lógico y natural, ya que las enfermedades no dependen del nivel económico. Pero en casi la totalidad del Mundo esto no es así.
Vivimos bajo este nivel de cobertura y calidad asistencial gracias a una Ley aprobada no hace mucho, fue el ministro Ernest LLuch al que le debemos la Ley General de Sanidad de 1986, por la que se nos garantiza la asistencia por ley de manera Universal, y en la práctica se ha demostrado que en una sociedad en la que nos preocupamos por el bienestar y la salud de todos en conjunto sin mirar el nivel económico, es una sociedad que avanza más rápido y cohesionada.
Dedicando mucho menos del PIB que EEUU tenemos un nivel de vida, calidad sanitaria y esperanza de vida mucho mayor. Tener Salud no sale caro, sobre todo si la salud es para todos y todas.
Y ahora vuelve al Senado de EE.UU ¿qué pasará?
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