
En las primeras elecciones en el 89, tras la dictadura de Pinochet, se dio inicio a una larga etapa de estabilidad al ocupar la presidencia los Cristianos demócratas y los Socialistas unidos en un mismo frente, junto al Partido Radical Social Demócrata y el Partido por la Democracia, en la llamada Concertación de Partidos por la Democracia. En los últimos 8 años, con Lagos y Bachelet, la presidencia ha sido Socialista.
Las Presidenciales chilenas serán en Diciembre de este año, y no pintan nada bien. La popularidad de Michelle Bachelet ha bajado, no se presentará a la reelección. En la Concertación habrá Primarias para elegir que candidato, de todo el conjunto de partidos, se presentará. De momento hay dos: Eduardo Frei (Demócrata Cristiano) y Jose Antonio Gómez (Social Demócrata). De los dos el que más papeletas tiene de salir elegido el 5 de abril es Frei. Fuera de la contienda oficial queda el socialista Marco Enríquez-Ominami Gumucio, quien no consiguió el apoyo oficial del Partido Socialista para presentar su candidatura a las primarias.
Frei, hijo de ex-presidente chileno, fue ya Presidente de Chile del 93 al 2000. Y parece que aún así lo tendrá difícil, ya que el candidato de la derecha, Sebastian Piñera, encabeza las encuestas presidenciales.
Parece que la etapa Socialista se acaba, o al menos se tuerce un poco, en el país que ha sido, junto a Brasil, motor de progreso en América Latina. En Diciembre veremos si los veinte años de cambios se frenarán en seco o simplemente iran a otro ritmo.
Vientos del pueblo
(Víctor Jara)
De nuevo quieren manchar
mi tierra con sangre obrera
los que hablan de libertad
y tienen las manos negras.
Los que quieren dividir
a la madre de sus hijos
y quieren reconstruir
la cruz que arrastrara Cristo.
Quieren ocultar la infamia
que legaron desde siglos,
pero el color de asesinos
no borrarán de su cara.
Ya fueron miles y miles
los que entregaron su sangre
y en caudales generosos
multiplicaron los panes.
Ahora quiero vivir
junto a mi hijo y mi hermano
la primavera que todos
vamos construyendo a diario.
No me asusta la amenaza,
patrones de la miseria,
la estrella de la esperanza
continuará siendo nuestra.
Vientos del pueblo me llaman,
vientos del pueblo me llevan,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Así cantará el poeta
mientras el alma me suene
por los caminos del pueblo
desde ahora y para siempre.
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