
Zamora entra en la puerta grande de los esperpentos urbanísticos. El modelo de anti-ciudad aprobado por el pleno del Ayuntamiento nos condena a todos los zamoranos a pagar un alto precio para mantener la especulación urbanística de unos pocos y con nombres muy concretos.
El ilustrado, D. Miguel Ángel Mateos, parece no haber aguantado la presión, ha votado a favor de un Plan que guarda todo lo contrario por lo que él, y su grupo, parecían haber luchado anteriormente.
ADEIZA ha abierto la veda para que los amigos del PP recojan beneficios. El Plan Urbanístico está lleno de recalificaciones de terrenos de manera aleatoria, favoreciendo a gente muy concreta, que previamente ha adquirido esos terrenos.
Multitud de causas eran las que había para negarse a este Plan:
- Un Plan desproporcionado, planifica construir 39.316 viviendas. Zamora, a contra corriente de la actualidad y en plena crisis, lanza una apuesta por la especulación inmobiliaria.
- Habiendo un 16% de viviendas vacías, cerca de 5.000, el Plan no contiene ninguna linea de trabajo por la rehabilitación del casco histórico ni barrios existentes.
- Se ha elegido el valor mínimo reservado para vivienda protegida.
- Clasificación del suelo de manera arbitraria, se abandona el objetivo de compactar la ciudad, encareciendo los servicios públicos al tener que extenderse a zonas muy alejadas.
- El Bosque de Valorio sigue sin estar totalmente protegido de la especulación, nos quedamos sin el pulmón verde convirtiéndose en el jardín de las futuras urbanizaciones.
- Villagodio queda desprotegido ante la posibilidad de la construcción del polígono industrial en el vergel agroganadero de Zamora.
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