El gobierno del PP firmó un contrato de 300.000€, sin concurso y a dedo, con el Instituto de Urbanística de la Universidad de Valladolid para la revisión del PGOU de la ciudad de Zamora. Casualidades de la vida, resulta que un familiar muy cercano del anterior alcalde, un sobrino de Antonio Vazquez, dirigió este proyecto de revisión.
Para todos los ciudadanos es obvio el mangoneo. No huele bien eso de decidir quien debe llevarse el montante económico del contrato sin dar la oportunidad a otros por medio de concurso para tener las mismas oportunidades. Y claro, los juzgados han anulado el contrato por sus ilegalidades a la hora de adjudicarlo.
Al final tanta discusión, votos de difícil explicación, como son los de ADEIZA, para nada. La nefasta gestión, la falta de ética y la ausencia de prácticas democráticas, hacen que el Ayuntamiento este de escándalo en escándalo. Ahora quedamos sin PGOU por la tozudez de facilitar las especulaciones urbanísticas de cuatro amigos del círculo del poder, un PGOU que está pasando por una larga travesía de la que dudamos si se verá su aprobación final con este gobierno, o más bien desgobierno.
Al final, después de este intento desesperado de que el control técnico de la revisión del Plan estuviera en manos del sobrino de Vázquez, los gran perdedores son los ciudadanos, ya que la factura del contrato, y la de las costas del juicio las pagamos todos y no los amigos de Vázquez.
¿Cuál será la próxima triquiñuela en la que estarán pensando los prodigiosos peperos? ¿Cómo seguirán buscando beneficiar a los amigos de siempre y evitar cumplir la legalidad?... Lo único seguro es que estando el gobierno en manos del PP los ciudadanos seguiremos siendo los primos que al final pagan la factura todo aquello que se les ocurra (y de lo que no).
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