Mira mamá las cosas están muy mal y no hay mejor momento que el de ahora para invertir y pasarse al mundo de la empresa... Pero, ¿En qué invierto?. Lo de la vivienda está por los suelos, para meterme en una gran empresa como alto directivo necesitaría grandes padrinos o ser rico. ¡Ah! Ya se, cogeré una empresa y para recuperar la inversión despediré a todos los trabajadores con eso del ERE, que parece que ahora está de moda y da mucha pasta. Claro que no soy lo suficientemente cabrón, y me faltaría coraje para dejar sin trabajo a todos esos padres y madres.
La única vía pasa por montarme una empresa, una normal, de esas pequeñas o medianas (las de las PYMES) ¿A qué la dedico?... pues, no se, puede que de transformación alimentaria, una tienda de informática, venta ambulante de alimentación por mi comarca, una dedicada al ocio, o mejor algo de nuevas tecnologías.
Bueno la idea ya saldrá, veamos el dinero... Tengo mis buenos ingresos, mi dinerito ahorrado,... pero claro vivo en casa de mis progenitores y a mis veintitantos, cerca de los treinta, esto no puede ser, ¿acaso podré mantener a la vez dos hipotecas?. Esto es una locura, dejaré lo de la empresa y mejor busco piso, seguro que allí encontraré la tranquilidad para estudiar y sacarme la oposición a algo.
¿Para qué me voy a complicar?
Por culpa de la dichosa vivienda por todos los caminos que siempre cojamos nos chocaremos con el endeudamiento. Nacen entonces tres caminos: vivir en casa de los padres, vivir de alquiler u olvidar lo de la empresa. Pero, ¿Por qué la gente joven acaba escogiendo el último camino?, ¿Estamos condenados a ser un país de bajo espíritu emprendedor y a adorar la compra de un piso como único paso para ser completamente maduros y emancipados?
Está claro se necesita que cambiemos el modelo económico de este país, pero también, y más urgente, la mentalidad y la escala de necesidades de nuestra sociedad. En este caso, Maslow, en su pirámide de necesidades, tenía que haber cambiado la necesidad de protección. No tenía que haber incluido eso de tener propiedad privada. ¡¡¡Hombre, señor Maslow, podrías haber puesto que también se puede vivir de alquiler a bajo precio y sentirse así realizada nuestra necesidad de propiedad!!!
Claro que nuestro amigo no calculó que con tanta especulación nuestra vida se centraría en pagar la hipoteca de la casa sin dejarnos posibilidad de ser emprendedores en nada. Adios a la Autorrealización.
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