Ya se iniciaron las clases, y como cada año, desde la década de los cincuenta, en Zamora seguimos teniendo cada vez menos escolares. Este año han sido 312 niños y niñas menos que el anterior, pero el señor delegado de la Junta, Alberto de Castro, no le preocupa lo más mínimo, ya que dice que es algo normal, y lo achaca a la sociedad actual porque las "parejas cada vez tiene menos hijos".
Toda una frase y análisis político que deja muy claro que desde la Junta ni quieren ni saben actuar contra la despoblación. El señor Alberto niega la despoblación al echar la culpa a la falta de iniciativa progenitora de los zamoranos. No es que las parejas tengan menos hijos, es que hay menos población porque las parejas huyen de la gestión de la Junta y salen fuera de Castilla y León.
Un dato alarmante, la mitad de la gente nacida en la provincia ya no vive en Zamora. Este es el verdadero problema. Un problema, el de la despoblación, que en otras Autonomías de carácter agrícola, de interior y gran población rural, como Castilla la Mancha o Extremadura, han sabido resolver, e incluso invertir la tendencia iniciada en los años cincuenta.
Hay que recordarlo bien a toda la gente, que no admitan que nadie les engañe con la despoblación, no es endógena de nuestra tierra, no es natural, ... es la consecuencia directa de la nefasta gestión de la Junta.
A pesar de todo, esto podía ser peor porque los datos de despoblación están maquillados por la bendita y salvadora llegada de inmigrantes, ya que de los casi 23.000 estudiantes 1.123 son hijos de inmigrantes. Gracias a ellos muchas de nuestras escuelas en zonas rurales están abiertas.
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