jueves, 17 de junio de 2010

El esfuerzo de nuestros mayores.


Son los supervivientes después de años de trabajo y ahorros, de esfuerzos centrados en abrirse camino en la vida. Y después de tanto esfuerzo, la pensión, los ahorros y la ayuda de la familia, no es suficiente para costearse una residencia cuando la necesitan Todo ese esfuerzo económico se la acaban llevando las empresas privadas dedicadas a la atención de los mayores.

La mayoría de ancianos, sobre todo los más necesitados, llegan a pagar con todo lo que tienen: sus ahorros, la herencia, sus propiedades, tierras, viviendas, ... Todas estas ganancias van directamente al bolsillo de los gerentes y propietarios de las residencias. Dinero que solo sirve para hacer más asquerosamente ricos a muchos de éstos, ya que los trabajadores (en su mayoría trabajadoras) cobran sueldos miserables.

En resumen, todo el ahorro de la ciudadanía mayor pasa a manos privadas para generar riqueza en unos pocos. Cosa diferente sería que todo el esfuerzo que cuesta tener algún ahorro o propiedad para el final de nuestras vidas revertiera a lo público, que diferente sería si el sistema de atención geriátrica y las residencias fueran de gestión Pública. Entonces el esfuerzo de nuestros mayores serviría para poderse reinvertir en mejores infraestructuras para todos y todas.

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